domingo, 14 de agosto de 2016

[Storyteller] Dante

Holiiii!!!! Hoy os traigo una nueva entrada de Storyteller, iba a publicar la siguiente parte de Crónicas de IcDaira pero cuando fui a ver lo que tenía guardado de la siguiente parte.... bueno, lo había dejado sin terminar, así que os traigo aquí la historia de un personaje que inventé hace ya un año o así (Link de otra entrada sobre el personaje) y del cual no tenía ni idea de que había hecho una historia hasta que entré en Drive el otro día y la vi. También quería decirles que no se si esta semana (próxima, hoy es domingo xD) voy a poder publicar ninguna entrada aunque lo intentaré, ya que estoy participando en un concurso de comics y tengo que terminar un comic de 26 páginas (el mínimo era 24, justo al filo xD) antes de que termine agosto, así que tendré que hacer entre dos y tres páginas cada día, y ya si termino y mi padre me deja estar un poco más con el ordenador, quizás me de tiempo de hacer las reseñas que tengo pendientes. Así que bueno, espero que os guste la historia, aunque es un poco dramática.

Creo que voy a intentar volver ha hacer el dibujo, en plan para hacer un meme de redraw.

Me llamo Dante. Tengo el pelo negro, los ojos verdes, y mido aproximadamente un metro ochenta. Era alguien relativamente normal. Relativamente, ya que aunque yo me considerara normal, el resto de la gente no me veía normal. Lo típico llevando ropa como la que yo llevo, de estilos bastante variados. La gente solía mirarme raro, pero teniendo tantos amigos como yo, que me comprendían, ¿para qué molestarse? Mi vida era plena. Estaba en el último curso de Bachillerato, con una media de 10, que me aseguraría unas buenas calificaciones en la selectividad, y habían pasado ya cuatro años desde que había empezado a salir con mi novia, Eilene. Además, tenía unos padres geniales, que siempre habían cuidado muy bien de mi, y que se alegraban mucho de tener a alguien como Eilene. Pensaba que nada podría estropear la nube de felicidad en la que había estado flotando, pensaba que todo sería así el resto de mi vida, pero no todo fue de color de rosa.

Habíamos ido a una pequeña laguna, apartada de la ciudad, que sólo conocían unos pocos, y a la que solíamos ir los fines de semana de verano. Lo estábamos pasando genial, mis padre, Cesar y Laura, y mi novia Eilene con su hermana Marta. Lo pasamos muy bien, y nos reímos mucho. Sobre todo por mi madre, a la que le entró agua por la nariz y estuvo un rato moqueando. No me habría reído de saber lo que conllevaría eso, porque días después, mi madre deja de oler, y extrañada, acude al médico, y tras muchas pruebas, le diagnostican Meningoencefalitis amebiana. Un nombre muy largo, para una enfermedad mortal que actúa en tan solo catorce días, ¿no? A mi madre le quedaban seis días de vida.

Pasamos con ella eso seis días, hasta que murió dormida, en una habitación cutre de hospital. Mi padre y yo nos quedamos destrozados. Yo no podía dejar de llorar, y él no podía dejar de beber. Mi tía tuvo que organizar el funeral, al que, casi un mes después de la muerte de mi madre, tuve que llevar casi a rastras a mi padre, y aunque él no quería, finalmente el funeral le fue bien, dado que dejó de beber todas las noches. No es que dejara de beber, eso es complicado, pero sí que dejó de emborracharse tanto.

Poco a poco, íbamos reconstruyendo nuestra vida. Terminé el último curso de bachillerato, con una media de 10, e hice la selectividad, en la que saqué una media de 13.98. Ese verano lo pasé solo con mi padre en una pequeña cabaña que teníamos en el pueblo vecino, al lado de un lago, aunque no fuimos capaces de entrar, por miedo a lo que pudiera pasar. Aunque mi padre no dejó de beber.

Fue entonces cuando conoció a Dayana. Era el último día que pasamos en el pueblo cuando la conoció, en el bar del pueblo. Ella era nueva en el pueblo, hacía tan solo dos días que se había mudado allí, por la oferta de trabajo. No me cayó bien. Desde un principio, realmente no tenía ningún motivo para odiarla, simplemente me daba mala espina, y cuando mi padre y yo volvimos nuestra ciudad, ellos siguieron en contacto. Esto me fastidió. No entiendo por qué, pero lo hizo. Sin embargo, no hice caso de este sentimiento y seguí tranquilamente con mi vida. En ese momento estaba muy feliz, ya que había conseguido una beca para la carrera de medicina que quería hacer, en la universidad más prestigiosa del país, en la ciudad en la que vivía, y mi novia y yo, ya hacíamos cinco años juntos.

Pero entonces él se fue a vivir con ella, y a mí, me obligó a ir con él y rechazar la beca. ¡¿Por qué me estaba haciendo eso?! En ese momento no lo entendía, pero no tardaría en descubrirlo. Finalmente, me resigné y fui a otra universidad, más cercana al pueblo, y me resigné también, a vivir con Dayana, y después de cierto tiempo, todo fue bien, y yo volví a estar feliz.

No tenía todo lo que quería, pero seguía viendo a mi novia regularmente, estaba sacando las mejores notas de mi curso en la universidad, y Dayana había conseguido que mi padre dejara de beber. Había pasado ya otro año y medio y empezaba a caerme bien... aun teniendo sus pequeños... ataques. Y estos ataques de histeria que le daban, fue lo que me hizo buscar información sobre ella, y descubrir que había matado a su anterior marido en uno de esos ataques, y había pasado seis años en un psiquiátrico. Intenté decírselo a mi padre, ¡realmente lo intenté! Pero fue en vano. Iban a casarse, y él no escuchó mis palabras.

Tres meses después fue la boda. Y todo cambió. Ella se volvió posesiva, recriminaba a mi padre el pasar demasiado tiempo conmigo y muy poco con ella, y tenía ataques cada vez más frecuentes. Tantos, que se había empezado a medicar, y fue entonces cuando mi padre le gritó por primera vez:

-¡Cállate de una vez! ¡¿Eres tu la mujer de la que me enamoré?! ¡¿Qué son todas esas chorradas de que le hago más caso a Dante que a tí?! ¡¿Te has vuelto loca?!

Ella no dijo nada. Simplemente empezó a llorar, en silencio, y se marchó. Sin duda, fue la calma que precede a la tormenta.

Aquella noche me fui a la cama un tanto preocupado. Tenía la vaga sensación de que algo malo iba a pasar, pero simplemente me dormí, y…

Dolor. Fue eso lo que me despertó.

Dolor. Oscuridad

Sangre. Dolor. Gritos. Oscuridad.

Aquella tipa. Me había arrancado los ojos.

Escuché vagamente el ruido de unos pasos por debajo de mis gritos. Me tapé la cara, las manos se me estaban llenando de sangre cada vez más, y me desmayé.

Luego de aquello, mi padre me llevó al hospital, donde lograron salvarme, y donde pasé los siguientes dos meses. En cuanto a Dayana...volvió al psiquiátrico.

Lo peor de todo fue adaptarse. Ahora era ciego, y tenía muchos impedimento ya que no sabía leer Braille, que es la escritura táctil de los ciegos, que tuve que ir aprendiendo poco a poco. Mi padre se volcó en mí, y me apoyó, todo lo contrario que mi novia, que, según Eilene, era demasiado para ella. Sí, me dejó. Tras seis años juntos, va y me deja al primer contratiempo. Sin embargo no me puse triste, ni nada por el estilo. La experiencia de los últimos años me había enseñado que no todo el mundo tiene que ser como aparenta, ni es tan fuerte como parece ser. Mi padre solía bromear, decía “En menos de un mes nos quedamos solteros los dos, estamos hechos unos máquinas, ¿no?”. Ahora lo único que me quedaba era la fuerza de voluntad.

Tras todo aquello volvimos a nuestra ciudad, y yo estuve aprendiendo cómo manejarme siendo ciego, e incluso conseguí un perro que me ayudara. Poco a poco, en un año y medio me conseguí manejar, y mi padre me matriculó en la universidad en la que yo quería entrar desde un principio, en donde tenían todo adaptado para que la gente ciega también pudiera ir a la universidad. E incluso habiendo perdido un año de universidad, y tener el pequeño bache, de estar ciego, logré sacar adelante mi carrera, aunque cambiando mi especialización, no creo que fuera muy sensato operar a alguien sin ver nada.

Lo superé todo, mi padre también. Ahora no estaba mi madre, pero la sentíamos con nosotros. Y su recuerdo nos hacía seguir adelante cada día. Y superar todo lo que se nos ponga por delante.

Beshus y hasta pronto!!

1 comentario:

  1. Esta muy bien aunque es un poco chocante la escena de los ojos, pobrecito.Esta muy bien ^^.
    saludosa n.n

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Beshus mis gatitos!!